El premio Nobel dice: “La globalización ha favorecido a Gates, no a la mayoría”.
¿Qué opina Joseph Stiglitz, venerado premio Nobel de Economía y preciso analista de las injusticias de la globalización y del software libre? “Este modelo [del software libre] está empezando a trabajar en otras áreas, como la propiedad intelectual. Es muy importante y muy exitoso”, respondió ayer, tras pronunciar una conferencia en la sede de la Confederación de Empresarios de Andalucía, en Sevilla. Y añadió: “Lo apoyo. Se está probando que genera mucha innovación. Cada vez que alguien tiene una idea, otro puede trabajar sobre ella”.
El software libre es aquel que ofrece a sus usuarios libertad para ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, cambiar y mejorar un programa. Los defensores de este tipo de licencias, cuyo ejemplo más conocido es el sistema operativo Linux, defienden cuatro libertades básicas: usar el programa (con cualquier propósito), estudiar su funcionamiento y adaptarlo a las necesidades, distribuir copias, mejorar el programa y compartir esos cambios, de modo que toda la comunidad se beneficie.
Esto es lo que Stiglitz, ex asesor del presidente Bill Clinton, definió ayer como “un sistema de arquitectura abierta, que responde a un movimiento alternativo, basado en un conocimiento cerrado”.
El fin del sueño americano Stiglitz, en su conferencia y en un encuentro previo con la prensa, arremetió contra el actual presidente de los EEUU, George W. Bush, y sentenció: “El sueño americano está muerto”. Según el economista, que recibió el Nobel en 2001, junto a George Akerlof y A. Michael Spence, por su análisis de los mercados imperfectos (él sostiene que todos lo son), la mayoría de la población de su país vive hoy peor que hace 30 años. “La globalización ha favorecido a Bill Gates, pero no a la mayoría”, remachó.
Su pronóstico es que la voz de los países en desarrollo y de las personas perjudicadas en los países desarrollados tendrá que oírse en un futuro y el modelo cambiará. Sostuvo que distribuir mejor la riqueza será la clave. El autor de Cómo hacer que funcione la globalización (Taurus) calificó los acuerdos comerciales en la Organización Mundial del Comercio de “hipócritas”. Considera que siempre benefician a los ricos. Pero, a pesar de estas críticas, destacó el lado bueno del sistema: “Ha permitido a 300 millones de chinos salir de la pobreza”.