Canadá no es Estados Unidos, por muy cerca que estén. La GRC ha querido dejar bien claro que la política seguida en Estados Unidos y que persigue a internautas por bajarse canciones en su casa, está muy lejos de la que practican los canadienses.
“El pirateo de música para uso personal ya no nos preocupa”, indicó Noël St-Hilaire, responsable de casos federales y de derechos de autor en la GRC. “Hoy en día, es demasiado fácil copiar. Todo el mundo lo hace y no sabemos cómo detenerlo”.
En este contexto donde la descarga ilegal de música, normalmente en formato Mp3, se ha convertido en un comportamiento generalizado en la sociedad, la GRC asegura que la persecución de este tipo de usuarios no figura como una “de sus prioridades”. “Nos dedicamos sobre todo a perseguir crímenes contra la propiedad intelectual que tienen un impacto en la salud y en la seguridad de los consumidores (medicamentos, aparatos eléctricos, etc), pero también a lo que afecta al crimen organizado. Nuestra tarea es ya demasiado extensa como para ocuparnos de pequeñeces”.