La policía de Corea del Sur sostiene que lo que se pensó que era una muerte causada por la explosión de un teléfono móvil, en realidad fue una artimaña de un compañero de trabajo para cubrir un homicidio involuntario con un vehículo.
La policía y el médico que examinó el cuerpo del trabajador de una cantera, de 33 años, dijeron el jueves que la víctima fue hallada muerta con un teléfono móvil ardiendo adherido al pecho, y que estaban investigando si lo mató una explosión de la batería.
"El compañero de trabajo confesó anoche que en realidad lo había golpeado por accidente y mintió sobre la explosión del teléfono móvil," dijo un oficial de la comisaría de policía Cheongju Heungdeok, unos 100 kilómetros al sudeste de Seúl.
El compañero de trabajo confesó a la policía que había empotrado a la víctima contra una pared de piedra cuando daba marcha atrás con un vehículo de construcción.
La policía está investigando si el teléfono estalló en llamas debido a la fuerte presión o si el trabajador le prendió fuego, según los medios locales.
La víctima, que fue declarada muerta a su llegada al hospital, tenía quemaduras en su pecho, costillas rotas y hemorragia interna, según el médico.
(Reporte de Jessica Kim, escrito por Jon Herskovitz; traducida por Servicio Online de Madrid, editada por Hernán García)