En mayo, ARIN, la organización que concede las direcciones IP en América del Norte, dijo que había llegado el momento de empezar a utilizar las IPv6. Cinco meses y 76 millones de direcciones IPv4 más tarde, su equivalente europea, la RIPE, ha adoptado una resolución semejante.
“El crecimiento y la innovación de Internet dependen de que siga habiendo espacio disponible para las direcciones IP”, reza la resolución. “El espacio que queda aún libre en el espectro del IPv4 estará saturado en dos o cuatro años. La IPv6 proporciona el espacio necesario para el crecimiento futuro”.
No obstante, hay quien cree que lo que debería hacerse es utilizar el espacio de clase E vacante en la IPv4. Si se añade al espacio que aún queda libre en la IPv4, el que va desde los números 240 al 255, el espacio de clase E, tendríamos capacidad para 1.420 millones de direcciones. El problema es que los sistemas operativos, los routers y los cortafuegos suelen rechazar las direcciones de clase E.