Los internautas que recurran con frecuencia a las descargas ilegales de contenidos culturales en Francia pondrán quedarse sin el servicio de Internet. El presidente de la República Nicolas Sarkozy hizo públicas ayer las principales medidas que Francia piensa adoptar para facilitar "la civilización de Internet" y evitar "la auténtica destrucción de la cultura" que propician las descargas en la red. El proyecto es fruto de un acuerdo tripartito -Estado, poseedores de derechos cinematográficos y musicales, y proveedores de Internet- y tiene como medida más destacada el compromiso, por parte de los suministradores de Internet, de enviar a sus abonados mensajes de advertencia que podrán culminar en la suspensión del suministro.
Los proveedores actuarán a las órdenes de una autoridad independiente que centralizará todos los datos que permitan estudiar casos sospechosos de pirateo. El supuesto pirata, antes de perder su acceso a Internet y tener que asumir las condenas legales a las que se arriesga, recibirá un primer aviso, seguido de otro con una primera sanción a determinar.
"Es la principal iniciativa adoptada hasta ahora para ganar la guerra a la piratería", declaró, desde Londres John Kennedy, presidente de la industria internacional discográfica (IFPI), que representa alrededor de 1.400 discográficas en el mundo.
Los suministradores del acceso a Internet no querían asumir la función de "gendarmería" que les propone la ley pero la magnitud del problema -las ventas de discos han ido retrocediendo un 15% cada año durante los últimos cinco - les ha forzado a aceptar la propuesta.