Mohamed Zaidi no podía creerlo por muchas veces que lo leía. La contraseña de acceso facilitada por su nueva compañía de Internet era "sucio árabe". Así, como suena y como se lee, pero en francés y junto, 'salearabe'. Esta surrealista historia procede de Francia, tiene como protagonista a un hombre de origen marroquí de 39 años y como responsable a la empresa Orange.
Zaidi es mecánico de un garaje en Pessac, en la periferia de Burdeos. Decidió contratar con Orange el servicio de Internet en su casa. Con todo en orden, recibió una carta donde formalmente se le daba la bienvenida y se le agradecía su confianza en la empresa.
Sin embargo, desde que se abonó en primavera ha tenido sucesivos problemas con el correo electrónico. Zaidi ha tenido que contactar con su proveedor de Internet en varias ocasiones, pero, según afirma, "nunca se ha irritado" en sus reclamaciones o conversaciones.
Con el fin de resolver estos contratiempos, hace unas semanas recibió una carta de Orange donde se le facilitaba la nueva dirección de correo electrónico y la contraseña de acceso a la conexión de Internet. Cuál fue su sorpresa cuando leyó la clave que le habían asignado: "Sucio árabe", en francés "sale arabe". Unas líneas después, se podía leer: "Gracias por su confianza".
¿Un error imperdonable fruto del azar o de la 'mala leche' de algún empleado? "Fue un impacto enorme", asegura Zaidi. La compañía ya ha abierto una investigación interna para resolver el enigma. Y, como suele ocurrir en estos casos tras publicarse en los medios, concretamente en el periódico regional Sud Ouest, Orange ha afirmado que piensa disculparse con la familia de Zaidi y que les indemnizará.
Entre tanto, el enfado de Zaidi es mayúsculo y ha presentado una denuncia en la comisaría de Pessac. "Habíamos llamado a Orange para pedir explicaciones", cuenta Amina, su esposa. "Ellos nos dijeron que ya sabríamos algo, pero ha pasado el tiempo y no tenemos noticias", explica.
Al parecer, Orange ha tenido ya algunas quejas de otros clientes por estos mismos motivos. Zaidi, no lo entiende, "esto es más bien chocante por parte de una empresa como ésta", dice.
"Las contraseñas suelen ser generadas de forma aleatoria por la máquina. No se personalizan a menos que lo demande el cliente. En este caso, no descartamos una intervención maliciosa", precisó un portavoz de la compañía a France Presse. La directora regional de Orange-France Télécom, Brititte Audy, dijo que podrían saber quién es el responsable "porque los correos se pueden seguir". "No podemos dejar pasar este tipo ce cosas", sentencia Audy.