Fuente: BAQUIA.
Según la consultora Gartner, estará presente en el 80% del software comercial en el año 2011.
El software libre está mucho más presente de lo que muchos creen. De hecho, en el año 2011 será más fácil prescindir completamente de la tecnología que encontrarse con un programa que no incorpore una parte de de código abierto.
Esta es al menos la idea que expuso Mark Driver, vicepresidente de la consultora tecnológica Gartner, durante la conferencia Open Source Summit de Las Vegas. Según Driver, dentro de poco más de 3 años el 80% del software comercial contendrá cantidades significativas de código abierto, seamos o no conscientes de ello: “El software libre va a entrar en tu red quieras o no; es prácticamente imposible evitarlo”, dijo Driver.
En su conferencia, Driver también explicó que el software abierto no es tan malo como quieren hacer creer sus detractores ni tan bueno como afirman sus defensores. Lo realmente importante es trazar un plan para determinar en qué campos puede ser útil su aplicación: es mejor evitar por completo su uso que hacerse el sueco y no supervisar su adopción.
La decisión de adoptar código abierto debe basarse en cuatro factores, según Driver. El primero es comprobar si el software cumple su objetivo, algo que puede parecer obvio, pero que encuentra su razón de ser en el excesivo énfasis en sus bondades que ponen, por ejemplo, los defensores de Linux frente a Windows.
El segundo factor depende de si el programa ha alcanzado el grado de madurez suficiente para ofrecer un ratio riesgo/recompensa aceptable. Antes de adoptar cualquier solución open source, debemos estar seguros del soporte (técnico, de ventas, de mantenimiento, etc.) que hay detrás.
El tercer factor es el perfil tecnológico de la compañía que adopta el producto, donde hay que tener en cuenta aspectos como su grado de familiaridad o comodidad frente a tecnologías poco corrientes o marginales, las necesidades de soporte y formación, la capacidad interna para mantener el producto, etc.
Por último, el cuarto factor está relacionado con la idoneidad del programa, especialmente si está destinado a labores críticas que funcionen 24 horas al día. No quiere esto decir que el software libre no esté preparado para esa responsabilidad, pero sí que hay que asegurase antes de que lo esté.