LUXEMBURGO.- El Tribunal de Primera Instancia de la UE ha respaldado el grueso de la decisión de la Comisión Europea de castigar a Microsoft por prácticas anticompetitivas y ha confirmado la histórica multa de 497,2 millones de euros impuesta al gigante informático en 2004, en un dictamen que la empresa fundada por Bill Gates recurrió sin éxito.
La UE le impuso en julio de 2006 una segunda multa por no cumplir las medidas correctoras por abuso de posición dominante.
La esperada sentencia respalda además las medidas correctoras decretadas por el Ejecutivo comunitario, que consistían en comercializar una versión del sistema operativo Windows sin el reproductor audiovisual Media Player y en suministrar a los rivales información suficiente para que puedan fabricar productos compatibles con Windows.
El Tribunal sólo da la razón al gigante informático en un punto: anula el nombramiento de un comisionado independiente, el informático británico Neil Barrett, para supervisar que Microsoft cumpliera la decisión de Bruselas. Según la sentencia, el ejecutivo de la UE fue "demasiado lejos" con esta iniciativa.
El fallo puede ser recurrido por la compañía en el plazo de dos meses. De momento, el responsable de asuntos legales del gigante informático, Brad Smith, no confirmó si Microsoft apelará la sentencia, pero ha señalado que la firma considera 'extremadamente importante' respetar la legislación europea.
Un fallo que sienta precedente
Los expertos coinciden en señalar que este dictamen sentará las bases de cómo podrá actuar la UE frente a las grandes empresas.
Otras empresas como Intel -embarcada en una disputa similar a la de Microsoft por abuso de posición dominante en el mercado de los chips informáticos- y Google -Doubleclick no ha pasado todavía el filtro de Bruselas- también estudiarán con detalle el fallo.
El caso se remonta al año 1998, cuando la empresa estadounidense Sun Microsystems presentó una denuncia contra Microsoft ante la Comisión Europea (CE).
Tras una investigación de cinco años, Bruselas dictaminó que el gigante informático infringió la legislación comunitaria al utilizar su 'cuasi monopolio' en el mercado de sistemas operativos para PC para reforzar su posición en el mercado de sistemas operativos para servidores de grupos de trabajo y en el de reproductores multimedia.
Así, la CE consideraba que Microsoft se aprovechó del virtual monopolio de su sistema operativo Windows -presente en el 95% de los ordenadores del planeta- para expulsar a otros competidores del mercado, a los que, además, no habría facilitado la información necesaria para fabricar productos compatibles.