La empresa que inventó y popularizó la fotografía instantánea, Polaroid, no renuncia a sus principios y ahora los aplica a la fotografía digital con una impresora portátil de bolsillo. Se llama POGO (Polaroid on Go), es del tamaño de una baraja de cartas y pesa sólo 220 gramos, con lo que se puede llevar fácilmente en un bolsillo.
La impresora utiliza una nueva tecnología llamada Zink (Zero Ink), basada en "100.000 millones de cristales amorfocrómicos que reaccionan al calor, y mediante 200 millones de pulsaciones construyen cada uno de los puntos de color que componen una foto", según la propia Polaroid. El resultado es una copia en color de un tamaño de 5 por 7,6 centímetros que además es autoadhesiva. La velocidad de impresión es de una foto por minuto a temperatura ambiente. POGO cuesta 129 euros y cada copia sale por aproximadamente 30 céntimos.
Se puede conectar mediante un enchufe USB y también a través de la conexión inalámbrica Bluetooth, algo que parece pensado para teléfonos móviles con cámara digital y como complemento de cualquier cámara compacta.