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3/25/2009

Adolescentes publicitan gamberradas en Internet

Fuente: La Vanguardia.

"Voli [sic] en el culo del profesor", "liándola en clase después de unas cervezas", "pirómanas en clase", "gamberradas en clase" o "tirando la clase [literalmente] por la ventana"...

Estos son algunos de los vídeos que estudiantes de institutos españoles han grabado con sus teléfonos móviles y posteriormente subido a portales públicos como Youtube.

La popularización de los teléfonos móviles entre los adolescentes y el hecho que ahora prácticamente todos ellos incorporen cámaras que toman fotos y vídeos permite a los adolescentes más problemáticos inmortalizar sus supuestas gestas en el centro educativo y luego difundirlas por Internet.

Las secuencias que se pueden encontrar con una simple búsqueda en portales de intercambio de vídeos como Youtube van de gamberradas como bajarse los pantalones en clase al vandalismo de tirar las sillas de clase por la ventana. A veces los profesores son, sin saberlo, protagonistas de este tipo de vídeos.

Un profesor, denunciado por requisar un móvil en clase
La abogada especializada en educación y vinculada al sindicato CCOO Carmen Perona ha llevado en el último año dos casos relacionados con el uso del móvil en clase: en el primero, un profesor había encontrado en Internet un vídeo-montaje con su imagen en situaciones humillantes. En el segundo, unos padres denunciaban por la vía penal a un maestro, al director y al jefe de estudios de un centro por requisarle el teléfono móvil a una alumna.

Aunque el primer caso fue desestimado por el juez y en el segundo el portal retiró el vídeo y no hubo juicio porque no se identificó a los autores, estas dos situaciones son una buena muestra del doble problema al que se enfrentan estos profesores.

La solución: el reglamento interno
Muchos centros educativos han incorporado a sus regimenes internos la prohibición de utilizar el móvil en las aulas y pasillos, pero la norma no siempre se cumple y algunos alumnos incluso graban descaradamente al profesor mientras les reprocha su actitud.

Todas las partes del sistema educativo consultadas, sin embargo, coinciden en que este tipo de situaciones ya se están solucionando con la aplicación del reglamento interno y aplicando el mismo rasero que cualquier otro tipo de indisciplinas.

La abogada Carmen Perona explica que los centros pueden prohibir el uso del teléfono en el aula y requisar el teléfono hasta que los padres vengan a recogerlo, pero no quedárselo. Cuando el teléfono se ha usado para grabar al profesor, alguna pelea o acto de vandalismo, el centro puede coger el teléfono y llevarlo al ministerio fiscal para que investigue si puede haber delito.

El problema afecta sobretodo a los institutos
En los centros de primaria no hay "grandes conflictos" por este motivo, según la impresión de Josep Fernández, miembro de la asociación de maestros Rosa Sensat. En cambio, el problema parece afectar más a los institutos de secundaria. En centros como el IES Llagostera la batalla contra el uso de los móviles en las clases por parte de los alumnos llevó incluso a instalar inhibidores de frecuencia, pero el sistema no ha funcionado como se esperaba porque no afecta todos los operadores a la vez.

El actual director del centro, Josep Besart, asegura que el problema "ha bajado mucho" en los últimos tiempos y lo atribuye a que "se ha endurecido la normativa" para que no se pueda utilizar el móvil en el transcurso de ninguna actividad docente. Además, recomiendan a los padres que "el teléfono móvil no debería entrar en el instituto".

La Federación de Padres de Enseñanza de Alumnos de Enseñanza Secundaria de Catalunya (FAPAES) también coincide que los padres tienen un papel esencial en la concienciación de sus hijos sobre el uso que deben o pueden hacer de sus teléfonos móviles. "Cuando las familias compran o dan un móvil a sus hijos tiene que acompañarlo de unas normas de uso", asegura Pere Farriol, el presidente de la asociación.

Estas normas tienen que explicarse al adolescente "con pedagogía" para que las comprenda y asimile porque, tal y como agrega Farriol, al fin y al cabo se trata de "un problema de valores" idéntico al de cualquier otra gamberrada. En el Sindicato de Maestros de Secundaria ASPECP aseguran que este es sólo "uno más de los conflictos" presentes en los centros educativos.