Cuanto más pequeños, mejor. Los que en su día fueron ordenadores portátiles son, ya, ultraportátiles. Normalmente, estos pequeños ordenadores se usan casi exclusivamente para navegar por Internet, leer el correo y, como mucho, escribir o editar textos. Hay quien los ha bautizado como Netbooks -resultado de la unión de net y notebook, Red y ordenador portátil en inglés- porque están diseñados principalmente para entrar en Internet.
En 2008, las ventas de portátiles triplicaron ya las de ordenadores de mesa. Y es que, para muchos, la ligereza es la virtud tecnológica del futuro. En el nacimiento y la reproducción de los llamados Netbooks ha tenido mucho que ver la generalización de tecnologías como las redes wifi o bluetooth. La posibilidad de conectarse e intercambiar información por medio de redes inalámbricas ha permitido olvidarse de los cables y los puertos y estilizar el diseño de estas máquinas hasta extremos insospechados. El resultado, por ahora, es un ligero éxito de ventas. Según la consultora ABI Research, este año se venderán 35 millones de Netbooks en el mundo, la mayoría de ellos en Europa.
La fiebre de la portabilidad ha llegado a afectar también al mercado de los ordenadores clásicos. Apple presentó en 2008 una versión ultraportátil de su Macbook, una potente máquina de delgado y ligero diseño. Así, el Macbook Air ha servido de inspiración a otros portátiles que han ido llegando a las tiendas poco a poco, perdiendo peso y ensamblados en un material tan ligero como el aluminio.
Fabricantes como Dell, HP y Lenovo están preparando ya versiones reducidas de sus propios ordenadores. A tenor del número de fotos de prototipos que han aparecido por la Red, parece que 2009 será el año de los ultraportátiles. Y no sólo por la comercialización de nuevos modelos. La unión de potencia y poco espacio hace que a menudo estas máquinas se calienten demasiado, un problema en el que Microsoft ha visto una oportunidad de negocio. El pasado 10 de marzo presentó la llamada Base Enfriadora de Portátiles, que se coloca debajo del terminal, sobre las piernas, y cuesta unos 20 euros. Con una nueva generación de ordenadores llega, siempre, una nueva generación de accesorios.
- Macbook Air. No es el más pequeño, pero si uno de los más ligeros y delgados, diseñado con la clásica simplicidad de los Mac. Pesa poco más de un kilo, su grosor no llega a los dos centímetros y va sin cables. No tiene reproductor de CD o DVD, sólo cuenta con dos puertos, USB y Micro-DVI, y una salida para auriculares. Lo demás, está meticulosamente articulado en torno a conexiones WiFi y Bluetooth. El precio, entre 1.649 y 2.249 euros. (www.apple.es).
- Dell Adamo. La revista norteamericana PC World lo ha bautizado como "el rival de Mac", aunque es más grande y más pesado. Será difícil que Dell logre penetrar en la fiel legión de seguidores de Apple, pero el intento puede convencer a quienes prefieran un ordenador ligero pero con más conexiones: tiene dos puertos USB, una entrada Ethernet y una salida DisplayPort. Sigue sin tener, sin embargo, reproductor de CD o DVD. Cuesta entre 1.900 y 2.600 euros. (www.dell.es).
- Sony Vaio P Series. Diseño y potencia de bolsillo. Abierto, este ordenador mide 24 centímetros de largo y 12 de alto. La pantalla, de ocho pulgadas, sirve para lo básico: escribir y navegar por Internet. No tiene tablero táctil que haga de ratón -el cursor se mueve con una pequeña esfera giratoria- y la capacidad de almacenamiento no es mayor de 60 gigas, pero sus 2 gigas de memoria RAM garantizan un buen rendimiento. El precio es de 1.000 euros. (vaio.sony.es).
- Lenovo Pocket Yoga. Es, de momento, un prototipo. Las únicas imágenes que se tienen de esta miniatura son las que han aparecido en la cuenta de Flickr de la empresa. A tenor de estas fotografías, el Pocket Yoga será un formidable competidor para Sony. Su ventaja comparativa será que la pantalla puede girarse y convertirse en un tablero de vidrio táctil, al estilo del iPhone.