Poco después de las 10:30 de la mañana del martes (hora peninsular española), 113 millones de personas de todo el mundo, 5,7 millones de ellas en España, vieron cómo sus cuentas de correo electrónico de Gmail quedaron fuera de juego durante casi tres horas. Los técnicos de Google, responsables de este popular servicio de email, seguían sin explicar qué había ocurrido al acabar el día. Pero este fallo, que sigue a otros ocurridos en el último mes en el propio buscador y en su canal de vídeos YouTube, muestra los peligros de la gran dependencia que tienen los navegantes de esta empresa, que, para muchos, ya es sinónimo de Internet.
Desde Papúa Nueva Guinea, en el otro extremo del mundo, hasta EEUU, los usuarios de Gmail se quedaron sin correo. Por la hora en la que se produjo el aún desconocido problema, los más afectados fueron los usuarios europeos. También el servicio de empresas Google Apps, usado por un millón de compañías en todo el mundo, se vio afectado.
Lo que ocurrió sólo lo sabe Google. A última hora de la tarde de ayer, en el blog oficial de la compañía sólo se decía que el problema estaba solucionado y que se iba a investigar a fondo. Los responsables del servicio acababan el mensaje pidiendo disculpas.Para Cristian López, responsable de los centros de datos de la empresa Colt Telecom , "es normal que no se den explicaciones". Ya se trate de un ataque contra los servidores de correo de Google, un fallo de las máquinas o una actualización del software mal hecha, "es preferible dejarlo en un misterio sin aclarar", añade.
Un mal parche
Los expertos consultados por Público apuestan por esto último. Dada la configuración del servicio Gmail, localizado en grandes máquinas conectadas entre sí dentro de unos aún más grandes centros de datos, "bastaba que se instalara un parche de seguridad mal ensayado para echar abajo todo el sistema", explica el responsable para España de una de las redes de datacenters más grandes del mundo.
"Gmail no es proclive a ser distribuido, por la propia naturaleza de la aplicación", añade este experto. "Además, aunque tiene servidores repartidos por todo el mundo, el propio buscador comparte esta filosofía y podría pasarle lo mismo", alerta.
De hecho, Google tuvo un problema similar durante 55 minutos del pasado 31 de enero. Ese mismo fin de semana, miles de usuarios de Telefónica fueron incapaces de ver los vídeos de YouTube . A los problemas técnicos se une el oscurantismo de Google, que rara vez explica qué pasó. Ayer ya recordaban que Gmail es gratuito y, después de cuatro años, aún sigue en pruebas.