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2/20/2009

La industria del móvil confía en la expansión de la banda ancha y el 'smartphone' para revitalizarse

Fuente: El Pais.

Si el primer expositor, del primer pabellón se llama Anticrisis Solutions, toca madera. Si las azafatas son menos espectaculares y los reclamos no pasan del boli, malo. Si se habla más de 2010, que de 2009, fatal.

La feria de telefonía Mobile World Congress se clausura esta tarde en Barcelona con la agridulce sensación de que podía haber sido peor. Cierto, por primera vez en su historia, los fabricantes venderán menos móviles que el año anterior, y los operadores facturarán menos por llamadas; pero la telefonía móvil no es un sector consolidado, sino que está en expansión y, con crisis o sin ella, así va a seguir.

Ya hay 750 millones personas conectadas a servicios 3G, y este año India y China, las dos grandes esperanzas del sector, estrenarán la banda ancha móvil en sus países. Una buena noticia; quizás por ello, un año más, ha destacado la presencia china, en número de visitantes y de expositores.

Otra buena noticia: todo el mundo quiere entrar en el negocio del móvil, señal de que no es tanto el pesimismo o de que para salir de él hay que hacer negocios en telefonía. Nadie, por poderoso que sea, se quiere quedar al margen. Nunca ha habido en la historia de la humanidad un objeto que tiene medio mundo (6.500 millones de habitantes y 4.000 millones de conexiones) y en todo momento.

El móvil (no el teléfono fijo) es el centro de todo. No lo es el ordenador portátil, y mucho menos el de sobremesa, tampoco el televisor o el coche. Con ninguno de esos bienes convivimos 24 horas al día. Sólo el teléfono móvil va siempre con nosotros, por el día y por la noche. Es, por tanto, el objeto de deseo de todos, desde la operadora al publicitario, que puede enviarte una oferta de pizzas cuando pasas cerca de un restaurante italiano a las nueve de la noche.

En ese contexto de que para existir hay que estar en la industria del móvil, a Microsoft -uno de los principales pabellones de la feria- no le basta con que el 88% de los ordenadores anden con Windows, necesita entrar en el móvil; ni Google se contenta con dominar las búsquedas en Internet, y por eso saca Android, su plataforma abierta que ya empieza a implantarse en teléfonos de cualquier marca que se precie. Y Electronic Arts, el gigante de los videojuegos, también entra en el mundo del móvil; y Acer y HP los mayores fabricantes de ordenadores, aspiran a vender smartphones como Nokia o RIM. Entre otras cosas, porque mientras un ordenador cuesta 300 euros, los móviles inteligentes salen por los 500. Y cada cual con su tienda online, copiando el éxito a Apple, para vender sus servicios, de televisión a música, sin pasar por la caja de la operadora, incluso, sin conectarte a tu telefónica aprovechándote de la conexión Wi-Fi o el mismo Bluetooh.

La necesidad de una convergencia de tecnologías y una cooperación de empresas ha quedado patente en la feria de Barcelona, y coincide con la expansión de la banda ancha y con los teléfonos inteligentes, un binomio con el que la industria espera revitalizarse. Si con el smartphone se puede hacer de todo, desde ver la serie favorita a gestionar el correo electrónico, sólo falta que el consumidor se anime a exprimir sus posibilidades.

En un panorama de incertidumbre económica, el consumidor es más rey que nunca. Porque al final, el consumidor, trátese del que va a la frutería o el que lleva un móvil, es el mismo y busca lo mismo: el mejor servicio al menor precio posible. Más que de las novedades tecnológicas, el futuro del móvil depende de satisfacer lo básico.