Durante la campaña electoral que aupó a Barack H. Obama a la presidencia de Estados Unidos los diferentes candidatos sufrieron una serie de ataques informáticos que llevó la ciberseguridad a un primer plano del debate. Ahora, el presidente de la primera potencia del mundo ha ordenado revisar a fondo todos los sistemas informáticos federales ante el riesgo creciente de un ciberataque.
El análisis lo dirigirá una alta autoridad de inteligencia, Melissa Hathaway, y durará exactamente 60 días. Hathaway, que fue consejera de seguridad informática del ex director de la seguridad nacional Mitch McConnell, centrará sus esfuerzos en dos de las oficinas de la Casa Blanca: White House National Security Council y Homeland Security Council, ambos dependientes directamente del propio Obama.
La magnitud del estudio, que examinará qué está haciendo en estos momentos el gobierno federal para proteger la integridad de las principales redes informáticas de EE UU, pone de relieve la creciente preocupación ante posibles ataques informáticos y cómo un potencial nuevo mercado se abre para los contratistas.
De hecho, Northrop Grumman Corp., Lockheed Martin Corp. and Boeing Co., los principales contratistas del Pentágono, trabajan actualmente en un abanico de proyectos sobre seguridad informática para el gobierno del país, muchos de los cuales constituyen material clasificado. Desde el propio sector se anuncia que en los próximos años será uno de los de mayor crecimiento y los analistas pronostican que pueda generar más de 10.000 millones de dólares en contratos en 2013.
Durante la campaña electoral que le aupó a la presidencia, Obama puso el foco en la importancia de salvaguardar las principales redes informáticas del país y prometió nombrar a un ciberasesor nacional que coordinara los esfuerzos de las distintas agencias federales y desarrollara una suerte de ciberpolicía con competencias a nivel nacional.